miércoles, 4 de noviembre de 2009

MARCELA

Si un día te dijera
que he visto los árboles llorando
cansados de tanta ausencia,
si la noche se espesa
lagrimeando estrellas
desnudando siluetas
es porque a ese pedazo de ternura
hoy no lo puedo abrazar.
Como flor de amanecer
llegaste a mi vida
refrescando llagas
y curando heridas.
Hoy te recuerdo...
¿a dónde ha ido tu presencia?
Luz y silencio.
¿a quién calmaré las penas?
Esperanza y sosiego
si camino día y noche
buscando secretos
alumbrada por las llamas
de este amor inmenso.
¡Mi puño se alzará violento!
y molerán espinas mis manos,
si los montes sobrean
protegiendo espaldas
y si una voz amiga
te tiende su mano
no llores,
yo también he aprendido a esperar.

Araceli