Aracely Victoria Romo Álvarez, fue una joven mujer pobladora, nacida un 13 de marzo de 1962, en una humilde población del sur de Santiago. Hija de padres comprometidos con la causa popular; su padre un obrero mueblista y su madre una obrera tejedora, formaba parte de una alegre y numerosa familia.
Desde niña se destaca por su capacidad para organizar y contar con una aguda visión crítica de la realidad. Buena lectora y conversadora, querida por sus cercanos.
Aracely crece en dictadura, su carácter afable, jovial, sociable, alegre y de gran curiosidad, la ayudó a comprender desde pequeña los problemas de su entorno, la de sus vecinas y vecinos y la de su propia familia. Situación que aportó a su sensibilización y tomar conciencia de clase, de pobre. Que la llevó a temprana edad asumir un compromiso profundo y radical hacia la causa revolucionaria, por una sociedad con igualdad social y justicia plena.
Comenzó su andar desde la organización social. En su andar por las comunidades cristianas de base, se encuentra con Pablo Vergara en reiteradas convivencias, posteriormente, se vuelven juntar en dos veraneos que serán sumamente significativos en San Sebastián alrededor del año 1980, de ahí en adelante sus vidas estarían unidas por la convicción de la necesidad de una nueva sociedad.
Ese verano, es especialmente significativo para la vida de Aracely, fue en ese momento cuando le comunica a su madre que está militando desde un par de años en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR. Situación que es compartida por su progenitora y en donde compartirán lazos más allá de lo sanguíneo.
En ese andar se integra al grupo cultural “Amuley” y luego impulsó la “ACEJU”, en el año 1980 se embarca en la formación del CODEM (Comité de Defensa de la Mujer) junto a su madre, Marta, y otras mujeres de distintos sectores de Santiago. Ya a sus 17 años participa activamente en la formación de la Coordinadora Caro-Ochagavía, formando parte del ejecutivo. Estando al frente de la coordinadora hasta octubre de 1983.
Ese año, ya su hija había nacido y tenía apenas un año de edad. Su figura frágil, delgada, su paso largo, su sonrisa cálida y su pelo negro largo y sedoso quedaron grabados en los pasajes y calles de la Población Lo Valledor Sur, en la toma de la Bandera, en la asamblea en el mitin.
Su personalidad versátil y multifacética se refleja en la siguiente imagen: “Mientras mudaba o le daba mamadera a su hija, ordenaba la tabla, dirigía y opinaba en la reunión de la coordinadora con la misma facilidad y atenta actitud”.
El año 83’, a principios de las primeras protestas, Aracely decide enfrentar a tiempo completo y frontal, la lucha contra la dictadura. Eran tiempos duros, en donde muchos la recuerdan recorriendo a pie las poblaciones, preparando la protesta, caminando con su hija a la cadera camino a un punto. La represión estaba cada vez pisándole los talones, allanan su casa una noche en que no se encuentra. Y es ahí cuando se comienza a preparar su salida del país en el año 1985.
Producto de la represión que estaba acechando a las organizaciones revolucionarias que estaban insertas en la zona sur de Santiago. Aracely decide dejar el país y viaja junto a su hija a Mendoza. Durante ese período ella asume el compromiso más profundo y más generoso aún, entra a la lucha frontal contra la tiranía de tiempo completo, decide emprender un ambicioso proyecto que significaba preparación. La situación esta difícil también en Mendoza, y continuamente tenía que cambiar de domicilio, los aparatos de seguridad operaban indistintamente en casi toda América Latina. La escuela de las Américas estaba funcionando.
Debido a esta elección, ella se va de Argentina y deja a su hija al cuidado de sus abuelos decisión profundamente dolorosa, pero necesaria, que se grafica en sus propias palabras del siguiente modo: “hijita para la mamá nunca fue fácil el tomar la decisión de dejarte con los abuelitos, sufrí y sufro mucho quisiera estar contigo, cuidarte como lo hice desde antes que nacieras hasta que tuviste casi los tres años”. Ella siempre estuvo convencida de la necesidad de su opción de vida y de lo acertada que esta era, que se manifiesta claramente en su poema ‘elección’.
De ahí en adelante, poco se sabe, comienza el período más duro, intenso, generoso y hermoso a la vez... nuevamente se encuentra con Pablo que está con la misma certeza, esta vez en Cuba, en una escuela político-militar llamado “Punto Cero”. ¿Qué otros lugares y situaciones habrán caminado juntos?. Allí se destaca como combatiente acerada y disciplinada.
Ciertamente se encuentran nuevamente en Chile, allá por el sur, Temuco; tierra de cultura y saberes ancestrales. De espíritu indomable, de fortaleza y osadía. Vivía en la calle Carrera 940 junto a su compañero, el dueño de la casa los recuerda así: “Eran una pareja muy gentil y vivían acá cerca de dos años. Yo no puedo creer que Irene Sanhueza (nombre con que figura en un carnet falso), sea esa persona que murió en el cerro”.
Esta mujer, militante, luchadora, dirigente y combatiente ejemplar, muere un día 5 de noviembre de 1988, bajo una “explosión” en el cerro Ñielol junto a Pablo Vergara Toledo. En ambos reconocemos la dignidad y el decoro de combatientes ejemplares, que dieron su vida en esta senda, y el mejor homenaje a sus vidas no se hará en los cementerios, con discursos victimizadores, o con monumentos de piedra que parecen nuevas lápidas, el único homenaje a la altura de su entrega es precisamente en las calles, los centros laborales y estudiantiles, al calor de la lucha por construir la fuerza social capaz de derrotar este orden injusto.
Sin lugar a dudas, esta hija del pueblo que con su ejemplo nos mostró el camino, que enarbolo las banderas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, nos demuestra que la furia del capital no escatima ni escatimará en gastos y artilugios para defender sus intereses, y que la lucha que ella junto a Pablo y tantos otros y otras, iba más allá del derrocamiento de una dictadura. La fecha (5 de noviembre 1988, a un mes del “plebiscito”) en la cual cayeron deja claro; que por un lado, la dictadura no terminaba con el plebiscito y que hoy vivimos bajo una democracia tutelada y una democracia para los dueños del poder y la riqueza. Y que la muerte de estos combatientes fue un aviso para el mundo popular y revolucionario para que no se levantara y movilizara, se trataba de apaciguar de cualquier forma algún intento de alzamiento popular. Por otro lado, Aracely y Pablo cristalizan en sus figuras una decisión política. Decisión que atiende a una lectura de la realidad de que la “alegría no llegaría”; que tiene relación con la justeza de sus actos, de la determinación de seguir luchando y de la necesidad de luchar por una sociedad distinta, justa, con igualdad social. De luchar por la revolución y el socialismo. Una decisión llena de amor y esperanza en el futuro. Y precisamente esa convicción, ese amor y esperanza en el futuro es el que hoy, hombres y mujeres del pueblo retomamos y seguiremos por los senderos de Aracely
Desde el norte grande un emotivo saludo a Aracely de"Luchito".Extensivo tambien a su familia:Martita,Jose,Eladio,Critian,Esteban,Monica,Felipe.
ResponderEliminarPor aca tambien haremos algo para recoredearla a ella.
desde hace muchos años que tengo atorada la muerte de Aracely.la conocí a elle y a su madre en el Codem y despues en multiples escenarios, me tocó estar en temuco unos años antes de su muerte, conozco perfectamente el lugar donde supestamente iban a poner la bomba y me parecio descabellado, si fue una orden, me parece de una irresponsabilidad enorme,por eso mismo me niego a creer,esto lo he discutido muchas veces, ojalña se esclaresca de una vez
ResponderEliminarFraternalmente:
Rosario
hola soy el nano me gustaria saludar al esteban hermano de araceli los recuerdo con cariño chao.........
ResponderEliminarjaquelin (pepa) hola devuelve el cd del creacion por favor necesito sacarle copia.
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